Cazadores de sombras

Jesse Blackthorn, es el hijo de Tatiana Lightwood y Rupert Blackthorn. Nació unos meses después de que su padre falleciera y por eso no tuvo oportunidad de conocerle.

​

Nacido en 1879, Jesse creció siendo un chico enfermizo y débil, incapaz de ser entrenado como un guerrero, hasta llegar al punto de que su madre rogara para que no lo marcaran con las runas. Cuando tenía 16 años, los Hermanos Silenciosos le dijeron a Tatiana que él iba a morir. Finalmente, cuando tenía 17 años, ella cedió después de que él, deseoso de ser un cazador de sombras, amenazase con huir a Alacante y que hacerse la primera runa él mismo.

​

La ceremonia de las runas fue bien al principio, pero cuando regresó a su habitación, se derrumbó. Se despertó con fiebre y gritos, sangre brotando de su piel. Grace se quedó con él e incluso lo sostuvo en sus últimos momentos. Justo cuando se dio cuenta de que estaba muriendo, su madre entró y le puso el medallón Blackthorn en los labios para capturar su último aliento.

​

Después de su muerte, Tatiana se negó a dar a los Hermanos Silenciosos su cuerpo. En cambio, trajo un brujo a la habitación en las horas siguientes para preservar y salvaguardar su cuerpo. Luego le cortaron el alma, lo que lo hizo libre para vagar tanto por el mundo real como por el mundo espiritual; aunque no es capaz de permanecer en ninguno de forma permanente. Por alguna razón, el espíritu de Jesse solo es consciente durante las noches y es lo suficientemente fuerte como para poder levantar y tocar a las personas.

​

A lo largo de los años, Jesse pasó sus noches deambulando por Bosque Brocelind o leyendo libros o los papeles de su abuelo. Una noche de 1897, mientras deambulaba por el bosque, se encontró con una pequeña niña que había caído en una trampa de hadas. Se sorprendió cuando ella lo vio, ya que antes de esa noche, nadie había podido verlo aparte de su familia. Y quedó aún más sorprendido por su habilidad para sacarla del agujero.